La crisis de los refugiados, los atentados de París, una niña a quien intentan matar por reivindicar el derecho de las mujeres a estudiar en Pakistán recibe el Premio Nobel de la Paz, miles de muertos cada año en nuestras costas intentando cruzar el Mediterráneo… Personas que intentan huir de conflictos y situaciones de miseria en sus países, que se encuentran con una Europa totalmente rodeada de tanques, inmigrantes que son perseguidos en nuestras calles y castigados o multados por vender bolsas y calzado sin licencia, pero a los cuales tampoco les damos otra alternativa para subsistir.
Este listado nos evidencia que es primordial trabajar en la educación de las nuevas generaciones para que, en un futuro, estas situaciones injustas puedan ser eliminadas. En otras palabras, conocer esta oscura realidad a escala mundial nos recuerda que tenemos que trabajar la Educación para el Desarrollo de manera transversal con nuestros niños, adolescentes y jóvenes.
Pero… ¿qué es la Educación para el Desarrollo? Según lo que dijeron en 2007 Celorio, G. y López de Muniaín, A. en el diccionario de Educación para el Desarrollo, “La Educación para el Desarrollo (EpD) hace referencia a un proceso educativo orientado a generar consciencia crítica sobre la realidad mundial, a la vez que facilitar herramientas para la participación y la transformación social en clave de justicia y solidaridad. La Educación para el Desarrollo pretende construir una ciudadanía global crítica, políticamente activa y socialmente comprometida con un desarrollo humano justo y equitativo para todas las comunidades del planeta.”.
Quizá parece una tarea complicada, pero no lo es. Solo es necesaria una cosa. Hay que sentir que, gracias a nuestra tarea, tenemos en nuestras manos la posibilidad de hacer un cambio hacia un mundo más justo. Así, podemos empezar por aprovechar la presencia dentro del equipo de personas que hayan participado en alguna experiencia donde hayan podido observar alguna de estas realidades cercanas. En mi caso, mi sensibilidad e interés por trabajar la EpD, aunque me viene de muy pequeño, afloró después de mi participación en un Campo de Intercambio en República Dominicana.